A pesar de que, desgraciadamente, nuestro país sigue colocándose a la cabeza de Europa en cuanto a tasa de desempleo juvenil, nos anima ver cómo las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social muestran una mejora laboral de los jóvenes, con una significativa reducción del 11% en el desempleo de los menores de 25 años.
Sin duda, estas positivas y llamativas cifras encuentran una explicación en la popularización de los contratos de formación y aprendizaje en nuestro país, destinados a favorecer el empleo de los jóvenes profesionales de entre 16 y 30 años. Algo que ya viene ocurriendo en muchos de los países de la Unión Europea que han apostado por esta modalidad de contratación impulsada por Bruselas.
Tal y como augurábamos, y refrendado por las cifras de contratación del SEPE, más de 54.600 personas han firmado contratos de formación en España durante los cinco primeros meses de este año, lo que supone un crecimiento del 54% con respecto a los 34.800 contratos firmados en el mismo periodo del año 2008.
Los contratos de formación duplican así su peso en la generación de nuevos empleos, especialmente entre la población más joven, principal beneficiaria de esta modalidad de contratación.
Los contratos de formación se constatan como una útil herramienta para impulsar el empleo juvenil
Como ya hemos comentado en más de una ocasión, los contratos de formación tienen como objetivo incentivar la experiencia laboral de jóvenes sin formación universitaria, permitiéndoles alternar su actividad laboral en una empresa con su formación académica y práctica, consiguiendo, además, el correspondiente certificado de profesionalidad que acredita esa formación cualificada. Por ello, no nos sorprende que, como revelan los datos del SEPE, la mayoría de contratos de formación firmados en los últimos años hayan sido rubricados por trabajadores con estudios secundarios o primarios.
Aunque los contratos de formación tienen todavía mucho camino por recorrer en nuestro país, estas motivadoras cifras avalan la utilidad de este tipo de contratación como herramienta para favorecer el empleo y la formación cualificada de los jóvenes españoles, gracias a las importantes ventajas que supone tanto para las empresas como para los trabajadores.
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